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Íntima Devoción IEC

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¿Apostamos?

En años pasados, un hermano de la Iglesia se me acercó y me dijo lo siguiente: ” pastor, quiero confesarle que desde hace varios meses he venido jugando la lotería más importante del país,

¡Por favor ayúdame a orar porque si me la gano, le doy para que compre un templo” Este mismo hermano, quien dicho sea de paso atravesaba una difícil situación económica, días atrás me había dicho que no contara con sus diezmos, porque no iba a volverlos a entregar. Por supuesto que no acepté aquella “maravillosa” oferta de ayudarme, y acepté que no entregara sus diezmos, después de todo no era mi problema, sino su dilema.

Al hacer memoria en este día acerca dicho episodio, recordé que mi suerte no está supeditada al juego de azar que es tan incierto, si no que mi suerte la sustenta el Señor Jesús.

El salmo 16:5 dice:
“Tú Señor, eres mi porción y mi copa; eres tú quien ha afirmado mi suerte.”

Ahora bien, ¿Quién no se ha visto tentado a jugar Loterías para dar “El gran golpe”? Seguramente muchos, entre ellos el hermano de la congregacion, y en una seguidilla en busca de la oportunidad de su vida, le llegó su ruina y no se dio por enterado.

Ah, pero no solamente en los juegos de azar es donde muchos han puesto en riesgo su dinero. Pensemos en los que asisten frecuentemente al casino; o jugando vía Internet. Para otros, la “oportunidad” está en la bolsa de valores. Otros acuden a las pirámides, otros más, yendo a Iglesias donde les prometen prosperidad económica. También están los que apuestan en los deportes. En fin, la idea de estar apostando resulta irresistible para los codiciosos y avaros.

El problema que tiene una persona de usar su dinero de manera tan arriesgada, es que en realidad no es el dinero el que está corriendo tanto riesgo, sino la misma persona. No olvides que todo lo que poseemos es un regalo del Señor JESÚS. Y entre otras cosas lo que demanda el Señor es que le demos un manejo responsable y usemos sabiamente el dinero.

Escucha este consejo que nos da la Eterna Palabra de Dios.

“El Dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.”
Proverbios 13:11

En cuanto al hermano de esta historia, hasta ahora no se ha ganado ninguna lotería y sigue trabajando con un ingrediente adicional, está de avanzada edad, además creo que goza de buena salud.

 

 

 

 

Rvdo. Nicolás Ocampo J.

Pastor

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