Moisés le rogó al SEÑOR: «¡Oh Dios, te ruego que la sanes!» Números 12:13
Hace no muchos días que me di cuenta de lo mucho que disfruto cada palabra que a su corta edad (2 años), mi nieta VictoriaOM pronuncia ya sea por iniciativa propia o por que sus padres le enseñan para que desde niña aprenda a tener buenos modales y principios. Una de esas frases es precisamente aquella en la cual fue enseñada cada vez que necesita pedir algo. A Victoria le instruyeron sus padres que cada vez que desee algo diga “por favor” y ella en su muy modesta manera de expresarlo aprendió a decir “Elacol” (Por favor).
Así de la manera que disfruto el que una persona que requiere de mi servicio y cooperación me diga ¡Por Favor! Yo no hago menos para pedir también cuando me veo en necesidad de algo.
Precisamente hace algunos meses aprendí que esa expresión está en los labios y corazón de el siervo de Dios Moisés cuando le rogó al Señor que trajera la restauración de la salud de su hermana un poco mayor que él, Miryam.
Quiero resaltar que en esa muy corta pero contundente y conmovedora oración, Moisés expresa en dos veces la expresión: Ruego.
Por lo tanto, déjeme decirle que la primera expresión en dicha oración es “Na”, que quiere decir POR FAVOR, que es una expresión que expresa súplica, es el primer POR FAVOR en dicha oración y nos indica que lo primero que debemos decir es que: “Mi primer deseo es que mi fragilidad humana sea cubierta o protegida en La Presencia de Dios.
Luego “Na Laj”, o sea el segundo POR FAVOR, “Mi hermana Miryam tiene lepra. Permite que la sanidad provenga directamente de La Presencia de Dios.
Aquí Moisés nos enseña desde ese mismo instante a todas las generaciones cómo es que debemos suplicar el Favor de Dios en nosotros o de alguien cercano a nosotros, porque valga la pena decirlo, esta es la primera vez en la Biblia que aparece una oración en favor de otra persona.
En otras palabras, primero oramos reconociendo nuestra fragilidad ante Dios y luego oramos por la necesidad de otra u otras personas.
Me atrevo a decir entonces que en este artículo el cual gustosamente le comparto, lo llamo aprendizaje tardío. Aprendí por medio de Moisés, como también de mi nieta VictoriaOM a decir: Por Favor, tanto ante Dios, como a mi prójimo.
Seguramente a VictoriaOM jamás se le olvidará que cada vez que requiera de la cooperación de otra persona y especialmente de la ayuda de Dios, no volverá a decir “Elacol”, de hecho, ya no lo dice, simplemente dice: ¡Por Favor! Y estoy segurísimo de que si lo hace con sus semejantes, con más veras lo hace con Dios.
¿Osarías hacer esta oración en medio de tu necesidad “reemplazando” el nombre de Moisés y poner el tuyo? Compruébalo y verás qué puede ocurrir. Ya mismo lo voy a hacer:
Nicolás le rogó al SEÑOR: «¡Oh Dios, te ruego que … Números 12:13
Que en hebreo es: El ná rafá ná láj