La Biblia dice:
Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo. 1 Corintios 6:18 NVI
La fe cristiana enseña la necesidad del arrepentimiento, la confesión y la conversión. Pero el texto Bíblico nos muestra que la reconciliación debe ocurrir en tres dimensiones:
* Reconciliación con Dios: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Jn 1:9). Esta es la base de nuestra comunión.
* Reconciliación con el Prójimo: “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (Ef 4:32). El Señor Jesús afirma que debemos ponernos en paz con aquellos a quienes hemos ofendido.
* Reconciliación con Nuestro Propio Cuerpo: Surge la pregunta, si hemos pecado contra nuestro cuerpo, ¿qué debemos hacer?
El Salmo treinta y dos ilustra la angustia de un cuerpo que sufre por un pecado no confesado: “Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día… Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano…” (Sal 32:3-4).
Sin duda alguna, el Espíritu Santo esta diciendo que el cuerpo refleja el quebranto del alma.
Cuando hemos pecado contra nuestro propio cuerpo, nuestro cuerpo sufre las consecuencias de haber atentado contra él.
Para sanar este dolor, necesitamos:
* Cesar la violencia autodestructiva: Ofrecer los miembros de nuestro cuerpo a Dios como instrumentos de justicia (Romanos 6:13).
* Reconocer el Abuso: Confesar que abusamos, deshonramos y herimos el mismo Templo donde habita el Espíritu Santo.
Si usted ha resuelto las cosas con Dios y con otros, es hora de reflexionar: ¿Le ha pedido usted perdón a su propio cuerpo? No como un ritual, sino como un acto de reconocer el daño hecho al Templo de Dios, un acto que solo es posible si usted está identificado con Cristo (Col 1:21-22).
Para meditar:
* ¿He permitido que mi cuerpo siga siendo un instrumento de injusticia?
* ¿Qué significa “pedirle perdón” a mi cuerpo en la práctica diaria de la santidad?
Oración
Padre Celestial, confieso que he pecado contra Ti, mi prójimo y contra mi propio cuerpo. Cada instante de placer en el que practiqué la inmoralidad sexual fue un abuso de mi parte contra tu Santo mandamiento y contra mi propio cuerpo que es Templo de Tu Espíritu Santo.
En Cristo Jesús te pido perdón y en Él pido perdón a mi cuerpo por mi violencia contra Tu morada. Amén.