Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables…
1 Pedro 3:8 RVR1960
Tercera instrucción: SÉ AMOROSO.
En el contexto de la relación entre cónyuges el amor podría entenderse como el fuerte vínculo emocional, de aprecio, dedicación y servicio del uno hacia el otro.
Desde esta óptica, la gran mayoría de mujeres dicen no sentirse amadas por sus esposos debido a las falencias que ellos tienen para expresar sus sentimientos y además por la falta de compañerismo frente a las tareas que todos pueden llevar a cabo en el hogar.
Cuando un hombre ama a su esposa, ella lo siente como una realidad en su interior. Sus heridas del pasado – inclusive las de la infancia – cada día irán cerrando al punto de no dejar cicatrices, sus temores se convertirán en seguridad y sus complejos serán poco a poco, pero velozmente superados.
Ella se hará una mujer fuerte sin dejar de ser femenina.
Es más, cuando una mujer es amada, los demás lo notarán en la apariencia física de ella. Una mujer con hermosura natural es siempre una mujer amada.
Desde este punto de vista, un hombre necesita orar constantemente a Dios para llegar a amar a su esposa cada vez más y mejor.
Oración:
Padre Celestial, ayúdame a amar a mi esposa con el estándar que Tú has determinado que yo viva este amor.
Sé que el amor hacia mi esposa podrá ser demostrado con el respeto, la dedicación, la lealtad, el servicio y la inspiración para que ella pueda verlo, sentirlo, escucharlo y vivirlo.
Quiero amarla no mintiendo, quiero amarla con ternura, quiero amarla como el Señor Jesús ama a la Iglesia, y para hacerlo necesito tu ayuda.
Dame creatividad y valor para no sentirme ridículo ni poco varonil cuando exprese mi amor hacia mi esposa.
Te pido que me enseñes a amar como Tú amas.
Oro a ti, en el Nombre de tu Hijo Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.