La Biblia dice:
Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!».
Gálatas 4:6 NVI
Ya celebramos la provisión de Jesús, el Cordero que nos libra del pecado. Pero Dios no nos dejó solos después de salvarnos. ¡Él nos ha provisto de Su Espíritu Santo!
El Espíritu es el Consolador prometido, esencial para todo creyente.
¿Por qué lo necesitamos?
1. Nos Capacita: El Cordero nos quita el pecado, pero el Espíritu nos da el poder y los dones para vivir en santidad y realizar la obra de Dios.
“Esta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo.
No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.
Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.”
2 Corintios 3:4-6 NVI
2. Nos Guía: Él nos enseña todas las cosas y nos recuerda las verdades de Jesús.
“Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que he dicho.” Jesús.
Juan 14:26 NVI
3. Nos Bendice: El derramamiento del Espíritu viene acompañado de las bendiciones de ser hijos de Dios.
“Yo -Dios- proveeré agua abundante para su sed y para sus campos resecos. Y yo derramaré mi Espíritu y mis bendiciones sobre sus hijos.”
Isaías 44:3 NBV
Esta provisión de Poder y Presencia es exclusiva para aquellos que han recibido el perdón en la Sangre de Jesús. Si has creído en Él, el Espíritu vive en ti.
Para meditar:
¡Dios es el Proveedor total!
No solo nos dio la Salvación (el Cordero), sino también el Poder para vivirla (el Espíritu).
Mi oración es que hoy uses esa provisión santamente, permitiendo que el Espíritu Santo te guíe en cada paso.
¡Vive en el Poder que Él te ha dado!
Oración
Padre Celestial, Gracias por haberte provisto de Cordero para sustituirme por mi pecado y gracias porque al limpiarme con la Sangre de Tu Hijo Jesús, me has dado una provisión más que es Tu Espíritu Santo, para que por medio de Él viva con Poder.
Bendito seas Señor Proveedor y Sustentador.
Oro en el Nombre precioso del Señor Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.
Rvdo. Nicolás Ocampo J.
