El Señor Jesús dijo:
“Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.”
Mateo 7:13-14 NVI
Dos Caminos, Una Decisión
Es innegable que todos estamos en un viaje llamado vida. Sin embargo, Jesús nos presenta solo dos caminos posibles para la humanidad.
El Camino Amplio: Placer y Perdición
Por un lado, está la puerta ancha y el camino espacioso. Este sendero simboliza el pecado y a quienes lo transitan. Representa lo que la mayoría celebra y persigue como el ideal de vida, basado en la lujuria, la codicia y el placer. Quienes eligen este camino se dirigen al infierno. ¿La razón? Han rechazado la Gracia de Dios, manifestada en el sacrificio de Jesús, y han optado por experiencias religiosas fundamentadas en las buenas acciones humanas.
El Camino Estrecho: Gracia y Vida Eterna
Por otro lado, Jesús nos habla de la puerta estrecha y el camino angosto. Este camino implica aceptar que Dios nos salva únicamente si recibimos, confesamos y vivimos en Su Gracia, buscando siempre agradar a Cristo Jesús. Él mismo afirmó ser “la Puerta” (Juan 10:9) y “el Camino” (Juan 14:6).
Vivir sin responsabilidad, sin sacrificio, cediendo a los deseos pecaminosos, es transitar el camino que lleva a la perdición. En contraste, buscar la santidad y someterse humildemente a la Voluntad de Dios es el camino que conduce a la Vida Eterna.
Aunque el placer del mundo pueda parecer gratificante, la verdad es que, al final, habrá valido la pena vivir para Jesús.
El Apóstol Juan escribió:
Lo malo de este mundo, y de todo lo que ofrece, está por acabarse. En cambio, el que hace lo que Dios manda vivirá para siempre.
1 Juan 2:17 TLA
Oración
Padre Celestial, aunque en ocasiones la vida en Cristo Jesús suele ser difícil, reconozco que sin Él sería imposible mantener la fe y perseverar.
Ayúdame a transitar mi vida en Jesús de tal forma que pueda recordar constantemente que mi nueva vida en Cristo tiene propósito.
Te lo pido en el Nombre precioso del Señor Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.
