Saltar al contenido

Íntima Devoción IEC

Inicio » Blog » El Pecado

El Pecado

Continuando con el estudio de Las Sagradas Escrituras junto a mi esposa Marlen, estamos ahora en Levítico un libro al cual muchos evaden, mientras otros dicen que es un libro rancio y atrasado o en un término más actual y sutil, dicen que es un libro “Out” una manera de decir que está fuera de toda lógica y actualidad.

Pues bien, debo decir que quienes así piensan, son quienes están rancios y atrasados que no quieren obedecer La Palabra de Dios; que no quieren que su pecado sea divulgado y también no desean hacer La Voluntad de Dios; obteniendo como resultado la extinción temprana de sus vidas, ya que, quien hace la Voluntad de Dios, permanece para siempre.

Eso sí, cuando se le pide a la gente que defina el concepto de pecado la mayoría se focaliza y llega con una lista “en mano” diciendo que pecado es asesinato, robo, inmoralidad sexual, y todo tipo de actos prohibidos. Lo cual es cierto.

Sin embargo, el Hebreo, idioma en el que fue escrito el Antiguo Testamento, usa la palabra “jatá” para pecado. De esta palabra se deriva otra que es “Lehájti” connotando algo así como cometer un error o errar en el blanco. Veamos la siguiente Escritura que nos habla de los guerreros de la tribu de Benjamín:

Entre todos ellos había setecientos soldados escogidos que eran zurdos, todos ellos capaces de lanzar con la honda una piedra contra un cabello, sin errar. Jueces 20:16

Retomando el tema, en lo que quiero hacer énfasis es en lo siguiente: Por ahí dicen que : Donde uno se cae, ahí mismo se debe levantar. O esta otra frase: El problema se soluciona donde se origina y no en otra parte. En este punto me sorprende cómo hay otra palabra que deriva de “jatá” y es “jatat” y fue el nombre que recibió la ofrenda que en la Biblia conocemos como ofrenda de “expiación” Para ello quiero que veamos otra Escritura:

Si el que peca es el sacerdote ungido, haciendo con ello culpable al pueblo, deberá ofrecer al SEÑOR, como sacrificio expiatorio por su pecado, un novillo sin defecto. Levítico 4:3

¿No te parece muy asombroso cómo la misma palabra que significa pecado se convierte en palabra que puede connotar purificación y perdón?

Una Escritura más, esta que nos llamó poderosamente la atención a Marlen y a mí en nuestro estudio:

Si después de haber sido resanada la casa, el sacerdote la examina y el moho no se ha extendido, la declarará pura, porque la infección ha desaparecido. Para purificar la casa, el sacerdote deberá tomar dos aves, pedazos de madera de cedro, ramas de hisopo y un paño escarlata. Levítico 14:48-49

Tomará “dos aves para purificar la casa” , el verbo usado aquí es “lejate et habait” usando la misma palabra “jatá” que está relacionada con “pecado/ofrenda”

Cuando encontramos semejante definición fue inevitable estremecernos al pensar y meditar en la siguientes Escrituras:

El Hijo [“jatá”] es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados [“lejate et habait”], se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas. Hebreos 1:3

Al que no cometió pecado alguno [Cristo Jesús], por nosotros Dios lo trató como pecador [“jatá”] , para que en él recibiéramos la justicia de Dios [“lejate et habait”]. 2Corintios 5:21

Queda claro pues, que como éramos incapaces de purificarnos a nosotros mismos de nuestros pecados, Dios hizo de Cristo Jesús, un “pecador” sin haber cometido pecado, pero a su vez hizo de Él la ofrenda para nuestra purificación. ¡Gloria a Dios!

Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor
  

Deja un comentario

Traducir »