La Biblia dice:
Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer.
1 Corintios 10:12Y tambien dice:
Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre sino a Dios…
1 Tesalonicenses 4:7-8El título de este devocional es la advertencia más práctica: El peligro de confiar en sí mismo. El pecado de la inmoralidad sexual, como se señala, “siempre comienza con cosas muy simples como entablar una conversación, ver una imagen, o fantasear sin que nadie lo sepa.”
La arrogancia espiritual, creer que este tema no merece nuestra atención y cuidado o que no somos susceptibles, es el primer paso hacia la caída. El Apóstol Pablo lo dice sin rodeos: “si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer.”La pureza no se mantiene por fortaleza personal, sino por la humilde y constante dependencia del Espíritu Santo.
Nuestra tarea no es solo evitar las manifestaciones más graves (fornicación, adulterio), sino purificar los orígenes: la mente y el corazón. Esto significa establecer límites claros, cortar conversaciones imprudentes y huir de cualquier cosa que alimente la fantasía pecaminosa, sabiendo que al hacerlo, no estamos aceptando un mandamiento humano, sino a Dios mismo, quien nos da Su Espíritu Santo (1 Ts 4:8). El cuidado en santidad es una obediencia a la Voz de Dios.
Para meditar:
* ¿Qué “cosas simples” (conversaciones, imágenes, fantasías) estoy permitiendo hoy que podrían ser el inicio de una caída?
* ¿Necesito rendir algún área de mi vida sexual ante un consejero o un amigo de confianza para evitar caer en la trampa de la autosuficiencia?
Oración:
Padre Celestial, no quiero ser arrogante ni insensato. Reconozco mi debilidad y mi susceptibilidad al pecado. Te pido la humildad para cuidarme en santidad y el valor para huir de toda tentación. Señor Jesús, Purifica mi mente y mi corazón para que Tú, y solo Tú, seas glorificado en mi vida sexual y en mi cuerpo, que es Tu templo. Amén.
Oro en tu Nombre precioso y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.