La Biblia dice:
“Ahora bien, las promesas se le hicieron a Abraham y a su descendencia. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como refiriéndose a muchos, sino: «y a tu descendencia», dando a entender uno solo, que es Cristo.”
Gálatas 3:16 NVI
Cuando Dios llamó a Abraham, le hizo una promesa que indicaba que por medio de él todas las naciones de la tierra serían bendecidas (Génesis 12:3; 18:18 y 22:18).
Ante esta promesa, Abraham le dice a Dios que esto no puede pasar dado que él no tiene un hijo que continúe la descendencia (Génesis 15:2).
Dios le habla claramente y le promete un hijo (Génesis 15:4-6). Esta promesa tuvo aparentemente cumplimiento cuando nació Isaac, sin embargo, Dios no le estaba hablando de Isaac sino del Mesías.
El mensaje de Dios para Abraham fue: De ti saldrá el Mesías y cualquiera – sin importar la nacionalidad, etnia, raza o idioma – que deposite la fe en Él, será salvo.
Me gustaría que usted leyera está texto en la Nueva Traducción Viviente:
Dios ha dado las promesas a Abraham y a su Hijo. Y noten que la Escritura no dice «a sus hijos», como si significara muchos descendientes. Más bien, dice «a su Hijo», y eso sin duda se refiere a Cristo.
Gálatas 3:16 NTV
Así las cosas, a quien Dios se estaba refiriendo en la promesa hecha a Abraham era a Jesús el Mesías.
Jesús es el Hijo prometido a Abraham y todo el que ponga su fe en Él será salvo, recibirá el Espíritu Santo, será rescatado de la maldición de no haber cumplido completamente la Ley y se convertirá en beneficiario de la Gracia de Dios, para así recibir la Herencia prometida a Abraham (Gálatas 3:13-18).
Jesús es el Hijo Prometido de Dios y es Dios mismo y por la fe en Él, somos aceptados como hijos de Dios y como el Pueblo rescatado para Su Gloria.
Oración
Padre Celestial te adoro porque eres responsable para prometer y eres responsable para cumplir tus promesas. Gracias por el Hijo prometido a Abraham que es Cristo y en el cual me has salvado por tu Gracia.
Oro en el Nombre precioso del Señor Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.