La Biblia dice:
Se sometieron al yugo de Baal Peor y comieron sacrificios a los muertos.
Salmo 106:28Y también:
Hagan morir, pues, lo terrenal en ustedes: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.
Colosenses 3:5
El texto de los Salmos que acabamos de leer se refiere a la historia que se nos narra en Números veinticinco, allí se nos revela una verdad sombría: el pecado sexual no es solo un acto físico; es un acto espiritual de idolatría. Los israelitas, después de la prostitución, terminaron “rindiendo culto a un demonio que era el ídolo Baal Peor.” El Salmo 106:28 añade que todo pudo haber comenzado con una sutil “sed” espiritual, donde fueron “enyerbados” o “arreglados” para caer.
Pablo hace esta conexión explícita: la avaricia (codicia) es idolatría. La lujuria y la lascivia son las hermanas de la codicia, que es “deseo incontrolado hacia lo que está prohibido o le pertenece a otra persona”. El deseo de tener lo que no es nuestro, o de usar el cuerpo de una manera prohibida, es un culto al “yo” y a la gratificación.Cada vez que nos rendimos a la pornografía, la masturbación, la alorgasmia (fantasía con otros), o la fornicación/adulterio, estamos esencialmente inclinándonos ante el “Baal Peor” de nuestro tiempo. Estamos poniendo nuestro deseo por encima del Dios vivo.
Para meditar:
* ¿Reconozco que la lujuria y la lascivia son el principio de la idolatría en mi vida?
* ¿Qué pasos concretos voy a dar para “hacer morir” esa codicia en mis ojos y en mi mente (Col 3:5)?
Oración:
Padre Celestial, Tu Palabra me enseña que en la Persona de Cristo Jesús, purificaste el Templo, por eso te pido: purifica mi corazón y mi mente. Rompe todo “yugo” de deseo descontrolado en mi vida. No quiero servir a ningún ídolo, ni siquiera al de mi propio placer. Ayúdame a rendir mi sexualidad como un acto de verdadera adoración a Ti, el único Dios vivo y verdadero.
Te lo pido en el Nombre precioso del Señor Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.