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Íntima Devoción IEC

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La niña de tus ojos

En el Salmo 17 el rey David oró así:

Cuídame como a la niña de tus ojos; Salmo 17:8ª

Seguramente has citado este texto a manera de oración, o como palabra de ánimo – cada vez que enfrentas, u otro enfrenta situaciones de desprotección o persecución – invocando el Nombre del Señor Jesús, como tratando de recordarle que Él nos ha brindado ayuda en todos los momentos de nuestra vida, sobre todo en aquellos en los que nos vemos expuestos a todo tipo de peligros y persecuciones y tal vez hasta en riesgo de morir. Eso está bien.

Antes que nada, me gustaría que recordaras si de pronto en alguna ocasión te hayas detenido mientras hablas con alguien a tratar de mirarte en los ojos de esa persona como si sus ojos fueran un espejo. Te cuento que yo sí. Tal vez esto te produzca risa, pero sí, suelo hacerlo con más frecuencia de lo que crees.

En vista de lo que acabas de leer incluido el texto Bíblico del Salmo 17, esto no deja de producirme curiosidad. Pues bien, para compartirte mi Saludo Pastoral el cual escribo hoy (miércoles 22 de febrero) me acerqué, como suelo hacerlo, a estudiar la Biblia y leí el texto del Salmo 17, centrando mi atención en el versículo 8 y encuentro en mi estudio de esta bella porción Bíblica que, en el original hebreo la palabra utilizada para “niña de tus ojos es “Ishun Ayin”, que deriva de la palabra Ish, que significa “hombre” y cuya traducción más aproximada sería “Pequeña figura humana en el ojo del otro” refiriéndose al reflejo que se produce cuando alguien se mira en el ojo del otro.

¿Cuál es entonces mi percepción de lo que el rey David quiso decirle al Señor en su oración? La respuesta es que, el anhelo del rey David consiste en pedirle al Señor y Dios ser “la niña de sus ojos”. Para ser más claro lo que realmente deseaba era ser esa persona que se refleja en los ojos de Dios. En otras palabras, quería que Dios cuidara de él.

Seguidamente en la segunda parte del salmo David sigue orando así:

Escóndeme, bajo la sombra de tus alas… Salmo 17:8b

En este caso la palabra en hebreo es “Tzel”, que literalmente significa “sombra”

Suelo preguntar a mis lectores, si alguna vez han pasado o están pasando por esta o aquella situación. Pues hoy hago el mismo ejercicio: ¿Estas pasando por una difícil situación en tu vida? Pues, déjame decirte que, el mismo Dios que cuidó de David, que me ha cuidado a mí, y que siempre ha cuidado de Su Pueblo, es el mismo que puede cuidar de ti, haciendo que te reflejes un sus ojos, es decir, estás tan adentro de Él, que cualquiera que intentara hacerte daño tendría que meterse en los mismos ojos de Dios, y atropellar Su Presencia al intentar siquiera meterse bajo Su Sombra.

¡Confía en Dios, simplemente, confía! A esta misma hora gozas de Su Cuidado y Protección.

Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor
  

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