El Señor Jesús dijo:
”Nunca podrán decir: “¡Aquí está!” o “¡Está por allí!”, porque el reino de Dios ya está entre ustedes.”
Lucas 17:21 NVI
El Reino Presente: Dentro de Ti
Cuando los fariseos le preguntaron al Señor Jesús cuándo vendría el Reino de Dios, esperaban una manifestación política o militar. Sin embargo, Jesús los sorprendió: “el reino de Dios ya está entre ustedes.”
El Reino de Dios es, en primer lugar, el gobierno soberano de Dios. En el presente, se establece en el corazón de todo aquel que cree en Jesucristo. Al ser salvos, el Reino de Dios, a través del Espíritu Santo, toma residencia en nosotros. Este es el Reino que no puede ser medido ni señalado; es una realidad espiritual y una relación con el Rey.
El Reino de Dios establecido en nuestro corazón se manifiesta como:
* Una invitación a la comunión: Dios nos ha llamado “a tener comunión con su Hijo Jesucristo” (1 Corintios 1:9).
* Un llamado a la renovación: La presencia del Reino en nosotros es la razón por la que podemos vivir “una vida digna de Dios”. El Apóstol Pablo dice: Les rogamos, los alentamos y les insistimos que lleven una vida que Dios considere digna. Pues Él los llamó para que tengan parte en su reino y gloria. (1 Tesalonicenses 2:12 NTV)
En segundo lugar, el Reino de Dios es también el Reino futuro. A pesar de que el Reino está en nuestro corazón, la Biblia también nos revela su futura manifestación física y tangible:
* Anhelamos “una patria mejor, es decir, la celestial” y una “ciudad venidera” (Hebreos 11:16; 13:14).
* Esperamos “un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que habite la justicia” (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:1).
Para meditar:
– ¿Estás consciente de que, por la fe en Jesús, el Rey ya mora en ti?
– ¿Dejas que Su gobierno interior influya en tus decisiones diarias, mientras esperas la manifestación gloriosa de Su Reino?
– ¿Cuánto ansías el regreso del Señor Jesús y la Vida Eterna en la Patria Celestial?
Oración
Padre Celestial, gracias por establecer Tu Reino en mi vida. En el trono de mi corazón, Tu Hijo Jesús es el Señor. Dios, anhelo profundamente vivir en tu Reino, experimentar el poder de la resurrección y vivir eternamente en Tu Presencia. He puesto mis ojos en las cosas del cielo y ruego que me ayudes a transitar esta vida en fidelidad por el Poder de tu Espíritu Santo.
Oro en el Nombre precioso del Señor Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.
Rvdo. Nicolás Ocampo J.