Saltar al contenido

Íntima Devoción IEC

Inicio » Blog » LAS PALABRAS DE RECONOCIMIENTO.

LAS PALABRAS DE RECONOCIMIENTO.

La Biblia dice:
​”El hombre llamó Eva a su mujer porque ella sería la madre de todo ser viviente.”
Génesis 3:20 NVI

El reconocimiento es más que un cumplido; es una afirmación de fe en la identidad y el potencial del otro, una convicción interna que se hace audible. La fe no solo se reserva para creer en Dios, sino también para creer lo mejor de Su creación, y para afirmar la dignidad que Él les ha dado.

​El pasaje de Génesis 3:20 es uno de los más dramáticos de la Biblia. Adán y Eva acaban de pecar, han oído la sentencia de Dios: la maldición sobre la serpiente, el dolor en el parto para la mujer, y el sudor y espinos para el hombre. El mundo se ha roto. Es el momento de mayor crisis, estrés y fractura relacional.
¿Cuál sería la reacción humana predecible? La culpa, el resentimiento, el insulto. Pero, en este momento crucial, el hombre hace algo extraordinario:

“Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” (Génesis 3:20 RVR60)

​Adán no la nombra “la tentadora”, “la culpable” o “la destructora”. Él la nombra Eva, que significa “vida”. En medio de la muerte y la condenación que acababan de traer, Adán usa su boca para pronunciar una palabra profética de vida, de futuro y de valía universal. Es un acto de gracia, un reconocimiento de su valor intrínseco a pesar de su fracaso.
¡Qué gesto de caballerosidad espiritual!

Nuestro Desafío: Invertir la Costumbre
​La presión de la vida (el estrés, los problemas, los errores ajenos) se convierte en la “justificación” para el maltrato verbal, y nuestro reconocimiento a menudo tiene una tendencia negativa.
​Cuando usamos constantemente palabras hirientes o descalificadoras, cultivamos una creencia interna negativa que se vuelve costumbre. Nos acostumbramos a nombrar la debilidad en lugar de la dignidad; *el error en lugar del potencial.

Como seguidores del Señor Jesús que es el Verbo encarnado (Juan 1:1), debemos imitar a Dios. Dios nos nombra no por lo que hacemos mal, sino por lo que somos en Cristo: hijos amados, redimidos, santos, justificados.
Él no ve nuestra miseria, sino el potencial de Su Gracia en nosotros. Estamos constantemente en un “inter-juego” de nombrar y ser nombrados. Se nos ha dado un poder similar a Dios al usar la palabra.

Hoy, Dios nos extiende una invitación: utilizar el poder de nuestra lengua para construir, no para destruir.

Si Adán, en el clímax de la caída y la sentencia, pudo escoger la palabra de vida, ¿cuánto más nosotros, que vivimos bajo el Nuevo Pacto de la Gracia, no deberíamos usar nuestra boca para proclamar la valía que Cristo ha puesto en cada persona?

El reconocimiento positivo es un acto de fe. Es llamar a la existencia el diseño de Dios en la vida de otro, a pesar de sus imperfecciones.

Oración
​Padre Celestial, te doy gracias por el don de la palabra. Reconozco que a menudo he usado mi lengua para nombrar el pecado, el error y la debilidad en lugar de la dignidad y el potencial que Tú has puesto en los demás.
​Perdóname por el reconocimiento negativo. Ayúdame a imitar el gesto de Adán en la crisis, y sobre todo, a imitar Tu corazón, que nos nombra con amor y propósito.
​Que mis palabras sean siempre Palabras de Reconocimiento, que afirmen la vida y que señalen el valor de cada persona que cruce mi camino. Te lo pido en el Nombre del Señor Jesús, y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén

Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor
  

Deja un comentario

Traducir »