¿Has escuchado o has expresado esta frase alguna vez? Estoy seguro que sí.
Cada vez que echamos mano de esta frase, es para recriminarnos a nosotros mismos por algo que tenemos que hacer, pero que por razones de tiempo no pudimos cumplir.
Pero el asunto no termina ahí. A veces por correr contra el tiempo, terminamos por hacer las cosas mal. Pueden suceder sucesos como: Alimentos mal preparados, salir a la calle con la ropa mal lucida, aflora el mal genio y con este, el maltrato hacia los demás; los riesgos de incidentes y más grave aún accidentes de tránsito; también corremos el riesgo de olvidar las cosas importantes y bueno, usted podrá imaginarse cuántas cosas más pueden suceder cuando estamos “cogidos” del día.
Nuestra vida definitivamente es una carrera contra el tiempo. A propósito, alguien dijo alguna vez que uno de los síntomas que anuncian la vejez, es que al género masculino le empiezan a salir pelos en las orejas, fui y me revisé y efectivamente esto se hizo más notable porque yo siendo tan lampiño, y sin barba abundante, mejor dicho sin barba, fue muy extraño que sí me empezaran a volvérseme peludas las orejas. Ojala a nadie se le ocurra mirarme las orejas, porque no las va a encontrar peludas, ya que es muy entretenido para mí arrancarme las pelusas, no para ocultar mi evidente edad, sino porque se me hace muy entretenido.
Retomando el tema, la verdad es que los días sí son más cortos.
Si prestamos atención a cómo explica la ciencia este fenómeno, nos damos cuenta que a causa del calentamiento global, los glaciales se derriten y muchos nevados desnievan, haciendo que la tierra pierda peso y como consecuencia, esta aumente su velocidad y con ella, el tiempo se haga más veloz.
Si nos vamos a la fuente de suprema confianza, como son Las Sagradas Escrituras, en palabras propias del Señor Jesús, nos dice:
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. Mateo 24:35
Además, lo que había anunciado el Señor Jesús con respecto a una de las muchas señales que indicaban el final de los tiempos está una expresión contundente:
Porque habrá una gran tribulación, como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Si no se acortaran esos días, nadie sobreviviría, pero por causa de los elegidos se acortarán. Mateo 24:21-22
¿Son más cortos los días? Indudablemente ¡Sí! Lo dice el Señor Jesús y lo dice la ciencia.
Si es inevitable para ti que el día te “coja” para cumplir con tus actividades cotidianas, te invito a que medites bien con respecto a un día en particular, del cual no te puedes dejar “coger” desprevenido, el día de la Segunda Venida del Señor Jesús.
Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen. ¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien su señor ha dejado encargado de los sirvientes para darles la comida a su debido tiempo? Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber. Mateo 24:44-46
Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor