La Biblia dice:
“Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe.”
1 Timoteo 1:19 NVI
Fracasar en la fe es una opción que ningún creyente en Jesús el Señor debería considerar. Sin embargo, que llegue a ocurrir es algo que cada uno debería evitar con todo empeño.
¿Por qué puede naufragar alguien en la fe?
Hay dos razones que el Espíritu Santo por medio del Apóstol Pablo plantea.
1. Por no aferrarse a la fe. La fe es desde este punto de vista, el conjunto de conceptos que abarcan: la fe salvadora, la fe dogmática y la fe cotidiana.
– La fe salvadora hace referencia a la obra de Jesús el Señor para salvarnos del día de la ira de Dios y convertirnos en los miembros del Pueblo Santo con quienes Él compartirá Su Gloria.
– La Fe dogmática es aquella que acoge todas las enseñanzas y la sana doctrina expresadas exclusivamente en la Palabra de Dios que es la Biblia.
– Y la fe cotidiana es la aplicación que esa Palabra Escrita de Dios hace que el creyente sea transformado en su manera de pensar y actuar.
2. Por no obedecer a la conciencia.
La conciencia es ese lugar interior del ser donde Dios con Su Palabra confronta y enseña al individuo (Salmo 16:7). Ignorar la instrucción de Dios, despreciar Su guía cuando nos dice qué hacer, abusar del Evangelio, llevar la contraria y tratar de callar la voz del Espíritu Santo cuando en nuestra conciencia nos reprende y convoca al arrepentimiento, son las causas por las cuales se puede dejar de confiar en Dios y eso es lo que significa “no hacerle caso a la conciencia” y, lo que finalmente lleva al creyente a naufragar en la fe.
¿Ha sentido usted que ha estado a punto de hundirse en su vida de fe?
Si es así, aférrese a lo que Dios le ha mostrado, obedezca al Espíritu del Señor y permita que cuando Dios le hable a su conciencia usted no entre en contienda con la voz amorosa y dulce del Padre Celestial sino más bien sea humilde, manso, sensato y obediente.
Oración
Padre Celestial, gracias por no dejarme de hablar aunque en ocasiones yo te deje de escuchar. Ayúdame a entender que el estímulo que siento en mi interior para hacer algo o para dejar de hacerlo, proviene de tu voz hablando a mi conciencia. Dame el valor para alinear mi corazón a tu Voluntad y tener seguridad que es tu voz cuando me hablas.
Te lo pido en el Nombre precioso del Señor Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.