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Nehemías, la oración y el Señor Jesús

He seguido con mucha atención y gustado hasta el extremo la serie que sobre Nehemías nos ha compartido nuestro pastor Nicolás Jr. en los últimos meses. Al recibir ese alimento espiritual tan sazonado – aunque en realidad todo lo espiritual es gustoso- doy gracias al Dios Todopoderoso por enriquecernos y alimentarnos con ese alimento espiritual, con el que aparte de todo, quien lo haya recibido, no solo ha sido alimentado sino enriquecido en su fe. Gracias pastor Jr, por no tragarte para ti solo dicho alimento, y gracias le doy a Dios por revelarte Su Eterna Palabra para la iglesia de nuestros días y particularmente para los fieles de la iglesia Íntima Devoción, la cual pastoreas con abnegada entrega.

En lo que a mí atañe, debo decir que dicho estudio sobre Nehemías hombre de Dios, he aprendido a valorar mucho más el poder de la oración y a ver al Señor Jesús en otra de sus múltiples facetas.

En cuanto a la oración, puedo observar el papel crucial y determinante en la vida de Nehemías, lo cual me ha dirigido a observar y evaluar la importancia de la misma en nuestra vida al día de hoy.

Yo le invito a usted que tiene la oportunidad este saludo a que piense cómo se pudieron haber sentido los exiliados judíos mientras reconstruían la Muralla de Jerusalén con sus Puertas incluidas, mientras de manera simultánea enfrentaban las amenazas de vecinos que además de perversos eran “poderosos” y como si esto fuera poco, enfrentar la oposición de algunos judíos.

Sería muy interesante que hoy reflexionáramos en por qué, a pesar de lo que estaban aprendiendo de Dios y La Ley de Moisés, así como de la participación en la Ceremonia de la renovación del Pacto, los miembros del Remanente judío parecían incapaces o poco dispuestos a honrar su pacto con Dios, así como a mantener la pureza de la fe en el Único Dios Verdadero.

Sin la Oración ferviente Nehemías no hubiera podido enfrentar los retos como esa decepción que sintió después de regresar de su visita al rey Artajerjes solo para descubrir que habían surgido más problemas mientras estuvo ausente. Problemas como: la negligencia en el culto que se celebraba en el Templo, los levitas sin alimentación, entiéndase sin comida, y como si no bastara sin esperanzas de suministros, el pueblo de Dios trabajando el día sábado, los hombres de Judá casándose con mujeres paganas, y la lista de problemas alargándose. Frente a lo que yo denomino “crisis de identidad de iglesia” no había otra forma de vencer, sino por medio da la oración.

La verdad sea dicha, al escuchar esta serie de mensajes enseñados por nuestro pastor Jr. , no pude evitar contener mis lágrimas al pensar en tan aciaga situación por la cual pasaban Jerusalén y los judíos que allí trabajaban, incluidos los que estaban de regreso. Como cuando pensó en la situación espiritual tan precaria de algunos cristianos.

Hoy, guardadas todas las proporciones, creo que el problema no es menor en la iglesia del Señor Jesús, ya que los pastores debemos como “Nehemías actuales” no solo orar sino hacer las veces de puertas para que los intrusos no entren a devorar el rebaño bajo nuestro cuidado. Vale la pena recordar que, en el antiguo tiempo, los pastores, una vez que

aseguraban su rebaño en el establo, se acostaran en la entrada para que ninguna persona o “animal” pudiera entrar sin su conocimiento a devorar el rebaño.

Ingratamente nos toca reconocer que hay por ahí muchos bandidos merodeando que disfrazados de pastores andan tratando de llevar a la gente por el mal camino. Ellos al igual que los atacantes de Jerusalén , trataban de entrar al establo por otros medios que no eran la puerta, pero las ovejas no los escuchaban, quiero decir, no les hacían caso. Sólo aquellos que entran a través de La Puerta (Jesús), serán salvos.

Las puertas de Jerusalén ilustran lo que el Señor Jesús les dijo a sus discípulos:

Ø Por eso volvió a decirles: «Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Juan 10:7-10

Vistas las cosas así, solo me resta decir que “La Puerta es la prueba crucial para identificar quién es amigo o enemigo” Dicho de otra manera el que intenta entrar por un camino distinto a La Puerta, está condenado, mientras que el que entra por La Puerta a plena luz del día es amigo. Cristo Jesús es el Único punto de acceso a Dios y a la salvación eterna.

Antes de dar nuevamente gracias a Dios por las enseñanzas recibidas a través del pastor Jr. quiero apoyarme sobre los siguientes textos bíblicos que me dan la certeza de La Salvación en Cristo Jesús:

Ø Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran. Mat 7:13-14
Ø De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos. Hechos 4:12
Ø Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. Romanos 3:21-24

Hasta pronto.

Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor
  

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