La Biblia dice:
Cada uno debe examinar su propia conducta. Si es buena, podrá sentirse satisfecho de sus acciones, pero no debe compararse con los demás.
Gálatas 6:4 TLA
En varios pasajes de la Biblia, el Espíritu de Dios instruye acerca de la importancia de enfocarse en el propio crecimiento y progreso personal, en lugar de compararse con las acciones o logros de otros.
Compararse a los demás puede arrojar como resultado la vanagloria si se encuentra que “lo que soy, lo que sé y lo que tengo” es mejor que lo que los demás son, saben y tienen.
Y si el resultado es negativo porque “lo que soy, lo que sé y lo que tengo” es menos de lo que quiero y es aparentemente nada comparado con los demás, entonces se abre la puerta para experimentar envidia, resentimiento, frustración, codicia y al final amargura.
Al evaluar su propia obra y esforzarse por mejorar, cada individuo puede encontrar satisfacción en su propio camino, sin necesidad de buscar validación o comparación externa y sobre todo cuidando su corazón de la vanidad y el orgullo o el menosprecio hacia sí, hacia la obra de Dios en él y hacia los demás. Leer 2 Corintios 10:12 al 18.
No te compares, eres una obra perfecta de Dios en la que Él está haciendo algo exclusivo para Su propia Gloria.
Oración.
Padre Celestial, gracias por lo que has hecho, estás haciendo y harás en mi vida. Descanso en que no importa que otros vayan más adelante que yo y otras vayan más atrás. Ahora entiendo que no repites historias y que tu obra en mí no es igual a la de nadie más por más coincidencias que aparentemente haya.
Te alabo porque me enseñas que todos somos importantes para ti y que deseas que me ocupe de mi relación contigo y de mi lucha con el pecado de una manera individual, responsable y dependiente de ti.
Ayúdame a verme como tú me ves, te lo pido en el Nombre del Señor Jesús y en el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.
