No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.
Gálatas 6:7 NVI
Así como un campo fértil y buenas semillas son esenciales para una cosecha abundante, en el matrimonio, las acciones y actitudes de cada cónyuge son las semillas que determinarán el futuro de la relación.
Con el tiempo, la rutina puede llevarnos a olvidar que cada palabra, gesto y respuesta son semillas que sembramos en el corazón de nuestra pareja.
Esposo, tus palabras, gestos, actitud, lealtad y fidelidad de hoy son las semillas que definirán tu cosecha matrimonial del mañana. Si deseas una relación fructífera y llena de amor, es crucial sembrar semillas de amor en abundancia.
Semillas de amor
Es cierto que podemos amar a alguien y a la vez desaprobar ciertas conductas. Sin embargo, si el amor en la relación no es lo suficientemente fuerte para permitir el crecimiento individual y mutuo, es momento de examinar la relación en busca de “malas hierbas” como el egoísmo, el temor, el orgullo, el control, el abuso o cualquier otra actitud negativa que impida el florecimiento del amor.
Las discusiones, heridas emocionales, malentendidos, críticas (especialmente peligrosas), el enojo y el egoísmo son obstáculos que ahogan las semillas de amor.
Sembrar amor significa cultivar esperanza, paz, felicidad y seguridad en el corazón de tu esposa.
Lamentablemente, hay hombres que en su juventud sembraron indiferencia, impaciencia, intolerancia, rudeza, crueldad, palabras hirientes, egoísmo y crítica, y ahora, en su vejez, cosechan la soledad y la falta de afecto que sembraron.
Oración
Padre Celestial, te pido por (nombre de la esposa). Sé que me la diste como un regalo y deseo hacer de ella una obra de arte. Reconozco mis errores y te pido perdón por haber sembrado semillas de injusticia, egoísmo y severidad. Me arrepiento de estas acciones y te pido que me ayudes a preparar la tierra de mi corazón para sembrar amor en mi esposa.
Creo en tu poder para obrar milagros. Sé que puedes transformar corazones y perspectivas en un instante. Te pido que arranques de raíz las semillas del pecado, resucites el amor donde fue enterrado y lo hagas florecer.
En el nombre de Jesús, y por el Poder de tu Espíritu Santo, Amén.