Conversando en la tarde del jueves 1 de septiembre con mi hija Claudia, a manera de tertulia sobre varios temas, en el curso de la conversación, ella me pregunta porqué muchas personas toman decisiones, la mayoría de ellas con resultados poco alentadores, aunque la intención sea buena.
Yo le respondí: Vea hija, todos tendemos a equivocarnos no una, sino muchas veces. Ahora bien, permíteme decirte cuál puede ser una de esas causas por las cuales no salen las cosas bien y en las que todo termina en ruinas.
Antes que nada, le dije, quiero establecer la diferencia entre sabiduría, erudición y conocimiento.
SABIDURÍA: Tener conocimiento, pero con Temor o reverencia hacia Dios.
ERUDICIÓN: Tener conocimiento, pero sin una pizca de temor de Dios. (Muchos científicos y expertos son ateos, ni siquiera creen en Dios)
Mi hija, me dice: Perfecto papá, en ambas definiciones usaste la palabra conocimiento, ¿Qué es el conocimiento entonces?
Le respondí: Hay una palabra en hebreo para conocimiento que es Da’at
Da’at no significa lo que se conoce hoy como ciencia, sino el “conocimiento por experiencia de algo o de alguien”.
La palabra Da’at proviene del verbo hebreo yadá que significa “conocer”, pero no en un sentido superficial o intelectual o científico, sino en un sentido profundo e incluso íntimo en ciertas ocasiones, como vemos en Génesis 4:1
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad del Señor he adquirido varón. Génesis 4:1 (RVR 60)
Lo que llamamos conocimiento hoy en día, está relacionado con el aprendizaje intelectual, científico y en ocasiones llega hasta el dominio y la repetición de memoria de un tema específico. En la mente hebrea, el Da’at tiene más que ver con la aplicación práctica de ese aprendizaje. Es decir, así sepas poco, debes darle aplicación en la relación con Dios el Señor, con los demás y contigo misma. Palabras más, palabras menos, conocimiento es ser un verdadero profesional.
El profeta Oseas escribe acerca del peligro de no tener ese tipo de conocimiento.
Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento (Da’at ). Por cuanto desechaste el conocimiento (Da’at ), yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. Oseas 4:6
Francamente no se me ocurre llamar de otra manera sino de duras, a estas palabras de exhortación que Dios el Señor hace por medio del profeta Oseas; lo que debe impulsarnos a buscar aquel conocimiento que va más allá de lo intelectual.
Cualquier persona puede aprender Los Mandamientos o memorizar muchos versículos de Las Sagradas Escrituras, pero el verdadero conocimiento que evitará que seamos destruidos, proviene de vivir y practicar aquello que aprendimos como La Verdad de La Biblia.
Verbi gracia es lo que dice el Señor Jesús en los siguientes versículos:
Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.» Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, las multitudes se asombraron de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tenía autoridad, y no como los maestros de la ley. Mateo 7:24-29