Por estos días cuando es inevitable mirar uno que otro noticiero dada la proliferación de las noticias, algunas de ellas importantes otras menos importantes, estuve sentado frente al televisor mientras miraba uno de los informativos nacionales.
Como usted sabe, dentro de la plantilla de información está la sección que destaca la vida de los famosos.
Resulta que el miércoles 27 de enero de este 2021 hablaron de un hecho insólito sucedido al actor Jared Leto.
Jared Joseph Leto es un actor, músico, director y productor musical estadounidense, quien lo largo de su trayectoria cinematográfica, ha demostrado ser uno de los actores más talentosos y versátiles del momento, tanto que en 2014 logró llevarse un premio Oscar en la categoría de ‘Mejor actor de reparto’ por su trabajo en ‘Dallas Buyers Club: El club de los desahuciados’ (2013).
Sin embargo, aunque en su momento la codiciada estatuilla le pudo haber traído mucha felicidad, hoy le trae algo de desilusión, pues lleva perdida aproximadamente tres años. Así lo reveló el propio Leto en una entrevista: “Descubrí que está perdida desde hace unos tres años (…) me había mudado de casa en Los Ángeles, y luego, cuando nos mudamos, de alguna manera desapareció mágicamente (…) todos lo han buscado por todas partes. Espero que esté en buenas manos donde sea que esté”. Hasta ahí la noticia.
Al margen del tema que quiero compartirte, deseo destacar que ese nombre [Jared], no el actor, es muy familiar a los lectores de La Biblia, ya que así se llamaba el papá de Enoc el hombre que caminó fielmente con Dios y un día desapareció porque Dios se lo llevó:
Jared tenía ciento sesenta y dos años cuando fue padre de Enoc. Después del nacimiento de Enoc, Jared vivió ochocientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. De modo que Jared murió a los novecientos sesenta y dos años de edad. Enoc tenía sesenta y cinco años cuando fue padre de Matusalén. Después del nacimiento de Matusalén, Enoc anduvo fielmente con Dios trescientos años más, y tuvo otros hijos y otras hijas. En total, Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó. Genesis 5:18-24
Ahora bien, no sé cuántos actores de Hollywood desearán tan preciado galardón, pero lo que sí es innegable es que la mayoría de los que lo han recibido, lo tienen exhibido como un logro de alto valor profesional y seguramente no lo querrán perder, y mucho menos que repose en manos de personas que nada qué ver con la profesión actoral.
A manera de analogía, pienso en ese glorioso día en el que habrá una gala magistral que consiste en la entrega de los galardones por parte del Señor Jesús a quienes durante su vida terrenal, se mantuvieron fieles a Él y obedecieron Su Palabra. De manera anticipada, el Juez de vivos y muertos nos dice que retengamos lo que todavía no hemos recibido, para que la corona no vaya a quedar en manos de otro que no seas tú.
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. Apocalipsis 3:11-12
No lo olvides: ¡Valora tu Galardón!
Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor