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Apariencias

Aunque José reconoció a sus hermanos, ellos no lo reconocieron a él. Genesis 42:8

En esta ocasión te invito a que nos centremos un poco en la conmovedora historia de José quien de parte de Dios y a través de la interpretación de sueños, sale desde la oscuridad de la prisión para convertirse en una figura clave en Egipto.

Durante la hambruna, los hermanos mayores de José fueron a Egipto a comprar comida. José reconoció a sus hermanos, pero la historia subraya cómo las apariencias pueden ser engañosas, ya que los hermanos de José no lo reconocieron a él, vestido al estilo y con ropas egipcios.

En mi muy sencilla opinión creo que la razón por la que no lo reconocieron fue que, ya desde un principio, dejaron que sus sentimientos se guiaran por lo que habían visto, “la túnica de variados colores” que en su momento encendió la envidia contra su hermano menor, y claro como así lo vieron vestido la última vez antes de venderlo, esa fue la imagen que a ellos se les quedó grabada al menos por muchos años antes de ese conmovedor encuentro.

Si sólo juzgamos por las apariencias, podemos perder la verdad más profunda. “Las apariencias engañan” así es muy repetido un dicho popular.

La ropa traiciona, unas lindas gafas engañan, las fotos en la internet a veces son el árbol que no nos deja ver el bosque etc.

Nosotros como cristianos y obedeciendo a La Eterna Palabra de Dios debemos escuchar más allá de lo que a nuestro parecer es evidente.

Con plena seguridad el llamado del Señor Todopoderoso es que nos esmeremos a no solo ver, sino también a entender, y así comprender lo que el Señor Jesús dice en cuanto a cómo es que nosotros somos luz en medio de la oscuridad. Veamos:

Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial. Mateo 5:14-16

Viviendo para Jesús también es ser luz y no tener apariencia de luz.

Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor
  

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