¡Hasta aquí llego yo!
Es inevitable pensar que este encierro mundial, no haya afectado a la humanidad. Mientras avanzan los días son más evidentes los rigores que este confinamiento va dejando en la sociedad siglo XXI,
Salvo por Gracia y siervo por misericordia, llevo 46 de mis 64 años predicando el Evangelio del Señor Jesús en Colombia, y especialmente en la ciudad de Medellín. Desde Íntima Devoción Iglesia del Evangelio Cuadrangular, me he propuesto como meta junto mi familia, que los creyentes bajo nuestro cuidado, Honren La Palabra de Dios. Además que seamos una iglesia que crea, obedezca, viva, y proclame los efectos transformadores del Evangelio de Jesucristo. Con 43 años de vida matrimonial con mi esposa Marlen, nuestros hijos Nicolás Jr, Claudia; nuestra nuera Mariana y Victoria nuestra nieta, nos sentimos gozosos de Servir al Único Dios Verdadero.
Es inevitable pensar que este encierro mundial, no haya afectado a la humanidad. Mientras avanzan los días son más evidentes los rigores que este confinamiento va dejando en la sociedad siglo XXI,
He compartido una frase en redes sociales que reza así: “No hay razón para desgastarse porque en Dios hay más futuro que pasado” ¿Por qué?
Tener frente a ti un ser humano al que le diste vida y en sus primeros años por lo menos depende absolutamente de ti. ¿Qué significa saber que tu vida ha cambiado para siempre?
¿Será que llegamos a la era de “ver para creer”? o tal vez ¿Será que nunca hemos salido de ella?
Por estos días en los que, por razones ampliamente conocidas, nos hemos visto obligados a vivir un aislamiento que, aunque lo llaman social, también incluye y afecta lo familiar.
Por estos días en los que la sociedad mundial vive una relativa quietud y zozobra, la iglesia por el contrario debe estar más viva que nunca. Quizás este sea el mejor momento que el Señor Jesús está otorgándonos para que testifiquemos y hablemos acerca de Las Buenas Nuevas del Evangelio de Dios.
Los acrósticos, esos que se trazan de Las prioridades y la manera como damos orden a nuestros compromisos ocupan parte de nuestro tiempo en el diario vivir.
Los acrósticos, esos que se trazan de manera vertical sobre una palabra, siempre fueron usados para escribir pequeños y sinceros poemas que expresaban admiración, amor, reconocimiento o elogios a una persona que es muy importante para quien los escribe.
Meditaba en la mañana acerca de todo este caos que se cierne sobre la humanidad y recordé que en una ocasión invité a mi esposa y mis dos hijos a darnos un paseo a un pueblo cerca de nuestra ciudad que tiene como atractivo turístico la famosa Piedra del Peñol.
Por estos días he oído a muchos cristianos decir que todo esto que está ocurriendo, no es otra cosa sino el castigo de Dios para el mundo. Es posible que sea cierto, es posible que no.