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Cuando Dios nos entristece

LA TRISTEZA QUE PROVIENE DE DIOS PRODUCE EL ARREPENTIMIENTO QUE LLEVA A LA SALVACIÓN, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. 2 Corintios 7:10

La tristeza es una de las seis emociones básicas (miedo, la ira, el asco, la felicidad y la sorpresa). Se manifiesta cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas, cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres, cuando no estamos contentos con lo que tenemos y cuando tenemos una percepción de pérdida, persecución, enfermedad y desilusión.

Sin embargo, el Apóstol Pablo dice que hay una tristeza que viene de Dios y una tristeza que viene del mundo. Pero en este caso no está hablando de circunstancias generales sino de la tristeza que proviene como consecuencia del pecado.

Así que el Espíritu de Dios por medio del Apóstol Pablo nos muestra que el pecado es percibido de manera diferente por el creyente y por el no creyente.

El no creyente, tiene la tendencia a entristecerse no por sentirse culpable del pecado, sino por el remordimiento que le producen las consecuencias del pecado, de modo que cuando pasa el dolor y cesan las lágrimas, se renuevan los placeres de la impiedad.

La Biblia nos cuenta a manera de testimonio lo que ocurría en el imperio Egipcio, cuando Dios enviaba plagas con el fin de mostrar Su poder sobre el Faraón. Cuando venía el dolor, Faraón se “arrepentía”:

Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: Esta vez RECONOZCO MI PECADO. El Señor ha actuado con justicia, mientras que yo y mi pueblo hemos actuado mal.

No voy a detenerlos más tiempo; voy a dejarlos ir. PERO RUEGUEN POR MÍ AL SEÑOR, que truenos y granizo los hemos tenido de sobra. Éxodo 9:27-28

Hasta aquí, parece un arrepentimiento sincero, pero, miren lo que pasó cuando terminaron las consecuencias del pecado de Faraón:

Tan pronto como Moisés dejó al faraón y salió de la ciudad, elevó sus manos en oración al Señor y, en seguida, cesaron los truenos y dejó de granizar y de llover sobre la tierra. PERO EN CUANTO VIO EL FARAÓN QUE HABÍAN CESADO LA LLUVIA, EL GRANIZO Y LOS TRUENOS, REINCIDIÓ EN SU PECADO, Y TANTO ÉL COMO SUS FUNCIONARIOS ENDURECIERON SU CORAZÓN. TAL COMO EL SEÑOR LO HABÍA ADVERTIDO por medio de Moisés, EL FARAÓN ENDURECIÓ SU CORAZÓN y ya no dejó que los israelitas se fueran. Éxodo 9:33-35

Así que, quien no acepta el llamado de Dios a la salvación, puede llegar a sentir dolor y remordimiento, pero nunca arrepentimiento. De modo que: AUNQUE EL “REMORDIMIENTO” O “DOLOR” ACOMPAÑA EL ARREPENTIMIENTO, NO ES ACOMPAÑADO SIEMPRE POR EL ARREPENTIMIENTO. A este remordimiento y dolor sin arrepentimiento, Pablo le augura una tristeza que finalmente significará muerte eterna. Mientras que a la tristeza que viene de Dios, Pablo le anuncia salvación por medio del arrepentimiento.

Ahora preguntémonos: ¿POR QUÉ DIOS NOS ENTRISTECE?

  1. PORQUE QUIERE LLEVARNOS AL ARREPENTIMIENTO.

La tristeza que proviene de Dios PRODUCE EL ARREPENTIMIENTO QUE LLEVA A LA SALVACIÓN… 2 Corintios 7:10a

Miremos el caso del Rey David:

El Señor le dijo a David por medio del Profeta Natán ¿POR QUÉ, DESPRECIASTE LA PALABRA DEL SEÑOR HACIENDO LO QUE ME DESAGRADA? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!

Por eso LA ESPADA JAMÁS SE APARTARÁ DE TU FAMILIA, pues ME DESPRECIASTE al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer.

“Pues bien, ASÍ DICE EL SEÑOR: YO HARÉ QUE EL DESASTRE QUE MERECES SURJA DE TU PROPIA FAMILIA, y ante tus propios ojos tomaré a tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno día.

Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel.

¡HE PECADO CONTRA EL SEÑOR! RECONOCIÓ DAVID ANTE NATÁN.

El Señor ha perdonado ya tu pecado, y no morirás contestó Natán.

Sin embargo, TU HIJO SÍ MORIRÁ, pues con TUS ACCIONES HAS OFENDIDO AL SEÑOR.

Dicho esto, Natán volvió a su casa. Y el Señor hirió al hijo que la esposa de Urías le había dado a David, de modo que el niño cayó gravemente enfermo.

DAVID SE PUSO A ROGAR A DIOS POR ÉL; ayunaba y pasaba las noches tirado en el suelo.

Los ancianos de su corte iban a verlo y le rogaban que se levantara, pero él se resistía, y aun se negaba a comer con ellos.

Siete días después, EL NIÑO MURIÓ. Los oficiales de David tenían miedo de darle la noticia, pues decían: “Si cuando el niño estaba vivo, le hablábamos al rey y no nos hacía caso, ¿qué locura no hará ahora si le decimos que el niño ha muerto?” 2 Samuel 12:9-18

Miremos lo que produjo en los hermanos de Corinto:

¡Qué bueno que Dios los haya hecho ponerse tristes! ¡VAYA CAMBIO QUE TUVIERON! Así pudieron darse cuenta de que soy inocente, y hasta me defendieron. También se enojaron y tuvieron miedo de lo que podría suceder. Sintieron deseos de verme, y castigaron al culpable. Con todo esto, ustedes demostraron que no tenían nada que ver en el asunto. 2 Corintios 7:11

2. APRENDEMOS DISCIPLINA.

Heb 12:4 En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Heb 12:5 Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda,

Heb 12:6 PORQUE EL SEÑOR DISCIPLINA A LOS QUE AMA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE COMO HIJO.»

Heb 12:7 LO QUE SOPORTAN ES PARA SU DISCIPLINA, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?

Heb 12:8 SI A USTEDES SE LES DEJA SIN LA DISCIPLINA QUE TODOS RECIBEN, ENTONCES SON BASTARDOS Y NO HIJOS LEGÍTIMOS.

Heb 12:11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, SINO DE TRISTEZA; pero DESPUÉS DA FRUTO APACIBLE DE JUSTICIA a los que en ella han sido ejercitados.

3. VOLVEMOS A ESCUCHAR LA VOZ DEL SEÑOR.

Mat 26:75 Entonces PEDRO SE ACORDÓ DE LO QUE JESÚS HABÍA DICHO: «Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.» Y saliendo de allí, LLORÓ AMARGAMENTE.

Con afecto en el Señor Jesús,

Rvdo. Nicolás Ocampo M.
Pastor

    

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