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El Engaño

No dejarás que mi vida termine en el sepulcro; no permitirás que sufra corrupción tu siervo fiel. Salmo 16:10

Visto el anterior texto, no nos queda la duda que más que referirse al rey David, se refiere a la Resurrección del Señor Jesús; es una profecía que se cumpliría unos mil años después.

El salmista David dice que Dios el Señor no dejaría que la vida de Jesús terminara en el sepulcro, y que tampoco los gusanos tendrían poder sobre su cuerpo, es decir, que su carne no se corrompería.

Reitero, acá no se refiere al rey David porque su cuerpo sí se mantiene en la tumba y su cuerpo sí vio la corrupción.

Es indudable entonces que el salmo se está refiriendo al Mesías – Jesucristo – que moriría y al tercer día resucitaría, porque entre los judíos se cree que, cuando una persona muere su cuerpo comienza a corromperse hasta después del tercer día.

De manera que cuando el rey David dice que su Siervo Fiel no vería corrupción, se refiere sin lugar a duda a que el Mesías debía morir, porque dice que no lo dejaría en la tumba, significa palabras más palabras menos que sería sepultado, pero que saldría del sepulcro, o sea que resucitaría antes del cuarto día, antes que según la tradición judía el cuerpo empieza a corromperse, es decir, su Resurrección al tercer día.

Ahora, usted – con razón – se estará preguntando qué tiene qué ver el engaño y la Resurrección del Señor Jesús. Aparentemente nada, sin embargo, debemos remitirnos a que, frente a este hecho, reaccionaron los saduceos en cabeza de Anás y Caifás, líderes de ese movimiento religioso, quienes, entre otras acciones, sobornaron a los soldados romanos que cuidaban el sepulcro y los incitaron a decir que la Resurrección de Jesús no había ocurrido y que eran los discípulos quienes habían robado el cuerpo de Jesús. Es que no había aparentemente otra manera de explicarlo.

Mientras las mujeres iban de camino, algunos de los guardias entraron en la ciudad e informaron a los jefes de los sacerdotes de todo lo que había sucedido. Después de reunirse estos jefes con los ancianos y de trazar un plan, les dieron a los soldados una fuerte suma de dinero y les encargaron: «Digan que los discípulos de Jesús vinieron por la noche y que, mientras ustedes dormían, se robaron el cuerpo. Y si el gobernador llega a enterarse de esto, nosotros responderemos por ustedes y les evitaremos cualquier problema.» Así que los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Esta es la versión de los sucesos que hasta el día de hoy ha circulado entre los judíos. Mat 28:11-15

Es más, estaban tan prevenidos ante la realidad de lo que sucedería que dijeron a Pilatos:

—Señor —le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: “A los tres días resucitaré.” Por eso, ordene usted que se selle el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se roben el cuerpo y le digan al pueblo que ha resucitado. Ese último engaño sería peor que el primero. Mat 27:63-64

Sin lugar a duda, Jesús sí resucitó.

Ahora bien, frente a la amenaza del engaño con el propósito de tergiversar y trastornar la Verdad de Dios, no debemos perder de vista cómo la gente echa mano de todo tipo de acontecimientos para envolatar a la iglesia ante el inminente Regreso del Señor Jesús. Si bien es cierto que los hechos tan desastrosos que ocurren hoy entre Israel y los terroristas de Hamas no debemos pasarlos por alto, también es cierto que no debemos prestar oídos ante todas las especulaciones que hablan de una fecha para ese Glorioso Acontecimiento; meditemos bien en lo que dice el Señor Jesús, entre otros textos me permito citar el siguiente:

Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo iba a venir el reino de Dios, y él les respondió: —La venida del reino de Dios no se puede someter a cálculos. Lucas 17:20

Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Mateo 24:36

Queda claro pues, que no importa lo que suceda a nuestro alrededor, lo cual por supuesto no podemos ignorar. Francamente, lo que el Señor desea más que no ignoremos es que, no nos dejemos engañar, más bien que estemos listos y concentremos nuestra atención en lo que el Señor Dice:

¡Estén alerta! ¡Vigilen! Porque ustedes no saben cuándo llegará ese momento. Es como cuando un hombre sale de viaje y deja su casa al cuidado de sus siervos, cada uno con su tarea, y le manda al portero que vigile. Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse despiertos! Marcos 13:33-37

Manténganse listos, con la ropa bien ajustada y la luz encendida. Pórtense como siervos que esperan a que regrese su señor de un banquete de bodas, para abrirle la puerta tan pronto como él llegue y toque. Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada. Créanme que se ajustará la ropa, hará que los siervos se sienten a la mesa, y él mismo se pondrá a servirles. Sí, dichosos aquellos siervos a quienes su señor encuentre preparados, aunque llegue a la medianoche o de madrugada. Lucas 12:35-38

No te dejes engañar, escucha lo que el Señor Jesús está diciendo y punto…

Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor
  

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