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Los diez mandamientos – II Parte

Para esta ocasión y creo que para otras más, te comparto la admirable e indudable profundidad de La Eterna Palabra de Dios, específicamente en cuanto a los Diez Mandamientos, los cuales comúnmente conocemos desde el Libro de Éxodo capítulo 20, pero que al observar algunos episodios en el libro de Génesis no me cabe duda que desde muchos años antes ya Los Mandamientos de Dios eran ampliamente conocidos además de temidos y tenidos presente para llevar una vida que agradaba a Dios.

Empiezo con el patriarca Abraham que vivió quinientos (500) años antes de que el Señor diera La Ley a Moisés en el Monte Sinaí, cómo guardaba los mandamientos de Dios. Veamos lo que dice el Señor:

Yo haré esto porque Abraham me escuchó y obedeció todos mis requisitos, mandatos, decretos e instrucciones». Génesis 26:5  (NTV)

En este día mientras lees mi saludo te invito a que observes algunos incidentes, relatados en Génesis, que demuestran que los Diez mandamientos, ya eran desde los orígenes del mundo.

En cuarto lugar: Descansar.

Aunque para algunas religiones como el judaísmo – o como los adventistas desde el cristianismo – ese descanso es tomado el día sábado, no necesariamente tiene que ser ese día antes del domingo o después del viernes, eso sí para la gran mayoría del cristianismo ese día de descanso es el domingo, en razón a que ese día fue cuando el Señor Jesús resucitó. Es decir, el anhelo de Dios siempre ha sido que dediquemos un día para Él.

Así quedó terminada la creación de los cielos y de la tierra, y de todo lo que hay en ellos. Cuando llegó el séptimo día, Dios ya había terminado su obra de creación, y descansó de toda su labor. Dios bendijo el séptimo día y lo declaró santo, porque ése fue el día en que descansó de toda su obra de creación. Génesis 2:1-3

El sábado al atardecer, cuando terminó el día de descanso, María Magdalena, Salomé y María, la madre de Santiago, fueron a comprar especias para el entierro, a fin de ungir el cuerpo de Jesús. El domingo por la mañana muy temprano, justo al amanecer, fueron a la tumba. En el camino, se preguntaban unas a otras: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada de la tumba?». Pero, cuando llegaron, se fijaron y vieron que la piedra, que era muy grande, ya estaba corrida. Cuando entraron en la tumba, vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado al lado derecho. Las mujeres estaban asustadas, pero el ángel les dijo: «No se alarmen. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. ¡No está aquí! ¡Ha resucitado! Miren, aquí es donde pusieron su cuerpo. Marcos 16:1

En quinto lugar: HONRAR a papá y mamá.

El caso de Cam hijo de Noé, nos ayuda a comprender la alta estima en que se tenía el quinto mandamiento.

Después del diluvio, Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó un viñedo. Cierto día, bebió del vino que había hecho y se emborrachó, y estaba recostado y desnudo dentro de su carpa. Cam, el padre de Canaán, vio que su padre estaba desnudo y salió a contárselo a sus hermanos.  Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo pusieron sobre los hombros y entraron de espaldas a la carpa para cubrir a su padre. Mientras lo hacían, miraban para otro lado a fin de no ver a su padre desnudo. Cuando Noé despertó de su estupor, se enteró de lo que había hecho Cam, su hijo menor. Entonces maldijo a Canaán, el hijo de Cam: «¡Maldito sea Canaán! ¡Que sea el más inferior de los siervos para con sus familiares!». Entonces dijo Noé: «¡Bendito sea el SEÑOR, Dios de Sem, y sea Canaán su siervo! ¡Que Dios extienda el territorio de Jafet! Que Jafet comparta la prosperidad de Sem, y sea Canaán su siervo». Génesis 9:20-27

En sexto lugar NO matar.

La condena del asesinato, como el cometido por Caín sobre su hermano Abel, y otros asesinatos relatados en Génesis, demuestran la existencia del sexto Mandamiento:

Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos al campo». Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. Luego el SEÑOR le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está Abel? —No lo sé —contestó Caín—. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? Pero el SEÑOR le dijo: —¿Qué has hecho? ¡Escucha! ¡La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra! Ahora eres maldito y serás expulsado de la tierra que se ha tragado la sangre de tu hermano. La tierra ya no te dará buenas cosechas, ¡por mucho que la trabajes! De ahora en adelante, serás un vagabundo sin hogar sobre la tierra. Caín respondió al SEÑOR: —¡Mi castigo es demasiado grande para soportarlo! Me has expulsado de la tierra y de tu presencia; me has hecho un vagabundo sin hogar. ¡Cualquiera que me encuentre me matará! El SEÑOR respondió: —No, porque yo castigaré siete veces a cualquiera que te mate. Entonces el SEÑOR le puso una marca a Caín como advertencia para cualquiera que intentara matarlo. Génesis 4:8-15

Rvdo. Nicolás Ocampo J.
Pastor
  


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