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Las tres decisiones más importantes en la vida – Parte I

 1. Recibir a Cristo Jesús

Mat 7:13 Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta, y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella.

Mat 7:14 Pero estrecha es la puerta, y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.

La Palabra DECISIÓN significa sentencia, veredicto, fallo y aunque esto suena muy en jerga jurídica tiene una etimología que nos ayuda a entender mucho más el concepto.

DECISIÓN en su etimología proviene de un verbo en latín DECIDERE que está compuesto por el prefijo DE o DIS que indica SEPARACIÓN, y del verbo CAEDERE que significa: PEGAR, CORTAR, TALAR, ROMPER Y MATAR.

DECISIÓN: latín DECIDERE

Prefijo DE o DIS: SEPARACIÓN

Verbo CAEDERE: PEGAR, CORTAR, TALAR, ROMPER Y MATAR.

Así las cosas, tomar una DECISIÓN significa es hacer un ‘corte’ en un proceso de evaluación de las diferentes facetas de un problema y después de haber estudiado las múltiples opciones que se ofrecen.

Ejemplos de Decisión:

  • Tengo dos entrevistas de trabajo el lunes a las 2 de la tarde en diferentes empresas. Iré a la empresa A y no a la empresa B.
  • He pasado a dos universidades a las que me presenté a diferentes carreras. He decidido ser médico y no ingeniero.
  • Que no es decisión: Mi novia se va a casar con otro por eso decido no casarme con ella. 
  • Me echaron de la empresa porque no soy un buen empleado, entonces decido no volver al trabajo.
  • No tengo carne en mi nevera para comer, por lo tanto decido comer pollo. Esto suena un poco chistoso, pero es verdad. En algunas oportunidades decimos haber decidido algo, cuando simplemente tenemos una opción, eso no es decidir.

Es por esta razón que considero importante hablarles esta mañana acerca de las tres decisiones que desde la Palabra de Dios considero son las más importantes en la vida:

 1. Recibir a Cristo Jesús

Joh 1:11 Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.

Joh 1:12 Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.

Joh 1:13 Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.

Para muchos el hecho de aceptar el don que Dios nos dio para elegir es una doctrina diabólica y de herejía, para nosotros los que creemos en el Reino de Dios y su Soberanía, el libre albedrío es no la manera como un ser humano puede escoger o no a Dios, porque en definitiva todos hemos pecado y rechazado a Dios y en ninguno de nosotros hay una voluntad para buscarle, pero sí es una oportunidad que Dios mismo le otorga a los hombres para que después de Él habernos mostrado su gloria, decidamos amarle o no amarle.

Aún en la Gracia que Dios nos ha dado, y esto significa que hemos sido salvos sólo porque Dios nos dio la salvación y no porque nosotros repartamos regalos, recemos a los muertos (que entre otras cosas es algo abominable para Dios), le dimos comida al hambriento, es posible que con nuestra actitud rechacemos ese regalo de Dios. El Apóstol Pablo escribió:

Gal 5:13a Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones.

 El Señor Jesús además aclaró que aunque son muchos los llamados, son pocos los escogidos:

Mat 22:14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.

 Y esto debido a que muchos conocen a Jesús, predican a Jesús, están llenos de literatura que habla de Jesús, pero no han recibido a Jesús.

Mat 7:21 »No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

Mat 7:22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?”

Mat 7:23 Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!”

 Recibir al Señor Jesús, significa aceptar su sacrificio como suficiente pero además comenzar la carrera de la santificación en la cual buscamos imitar a Dios.

 Eph 5:1 Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados,

Eph 5:2 y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.

Eph 5:3 Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.

Así que Recibir a Cristo Jesús nos debe llevar:

  • Al arrepentimiento genuino
  • Al Bautismo
  • Al Perdón (no venganza, no rencor)
  • A la lectura diaria de la Biblia.
  • A la Oración permanente.
  • A la Obediencia al Espíritu Santo.
  • A la Adoración Espiritual.
  • A las relaciones cordiales
  • A todo lo que el Señor Enseñó.

Rvdo. Nicolás Ocampo M.
Pastor

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