La garganta y el cuello
Nunca, había llamado tanto mi atención el tema de la garganta y el cuello, como a partir del momento en el que el virus empieza a hacer estragos en el ser humano.
Salvo por Gracia y siervo por misericordia, llevo 46 de mis 64 años predicando el Evangelio del Señor Jesús en Colombia, y especialmente en la ciudad de Medellín. Desde Íntima Devoción Iglesia del Evangelio Cuadrangular, me he propuesto como meta junto mi familia, que los creyentes bajo nuestro cuidado, Honren La Palabra de Dios. Además que seamos una iglesia que crea, obedezca, viva, y proclame los efectos transformadores del Evangelio de Jesucristo. Con 43 años de vida matrimonial con mi esposa Marlen, nuestros hijos Nicolás Jr, Claudia; nuestra nuera Mariana y Victoria nuestra nieta, nos sentimos gozosos de Servir al Único Dios Verdadero.
Nunca, había llamado tanto mi atención el tema de la garganta y el cuello, como a partir del momento en el que el virus empieza a hacer estragos en el ser humano.
Si bien es cierto que las redes sociales se han convertido en una herramienta ciudadana para ejercer una mayor participación política y en un centro de depósito de información, también es cierto que se han convertido en instrumentos de manipulación de actores en su gran mayoría políticos, tan agitados por estos días.
Antes que nada, es muy importante que no debemos disfrazar la realidad cuando pasamos tiempos de aflicción. La realidad que actualmente vive nuestro país no es nada envidiable, y créame, que en mayor o menor proporción, este caos nos ha afectado a todos los colombianos y por supuesto que a la iglesia también.
“El débil nunca puede perdonar. Perdonar es el atributo del fuerte”
Quiero con esta frase singular, empezar este saludo para tratar de hacerme entender por aquellos que aun piensan que Dios no puede perdonar.
Son muchas veces que he oído la pregunta: ¿Por qué permite Dios el sufrimiento?
Una creencia común pero errada que tiene mucha gente frente a la enfermedad es que, esta es invariablemente un castigo de Dios por causa del pecado.
Y aunque parecidos, son distintos absolutamente. Por lo tanto no podemos caer en el gran error de invertir este orden al poner nuestra confianza en los humanos antes que en Dios.
El dicho: “Guerra avisada, no mata soldado”, lo escuché por primera vez en mi vida en el año 1967, cuando apenas tenía 9 años de edad; para ese momento cursaba mi tercer grado de primaria, y fue precisamente en labios de mi profesor
Muchas expresiones podrían usarse al momento de intentar hablar o escribir con respecto al Glorioso Regreso del Señor Jesús. De hecho, no son pocas las Escrituras que nos hablan al respecto y que a las claras nos infunden una precisión tan diáfana,
De algunos años hacia hoy, los habitantes de ciudades medianas y grandes, nos hemos tenido que acostumbrar a convivir con unos aparaticos que izados en postes y columnas están ejerciendo como el ojo que todo lo ve movimientos y acciones de la gente