Leche y alimento sólido
Por estos días mi esposa Marlen y yo, hemos llegado en nuestro estudio de las Sagradas Escrituras, a la epístola a los Hebreos.
Por estos días mi esposa Marlen y yo, hemos llegado en nuestro estudio de las Sagradas Escrituras, a la epístola a los Hebreos.
Creo que la palabra que debemos ir suprimiendo después de esta cuarentena es “Pereza”.
Oí muchas veces expresiones como estas:
Continúo durante los siguientes domingos compartirle algunos apuntes con respecto a la Historia de Israel y de La Iglesia. Y para ello empezaremos un viaje en el tiempo y nos trasladaremos a Deuteronomio.
Continúo durante los siguientes domingos compartirle algunos apuntes con respecto a la Historia de Israel y de La Iglesia. Y para ello empezaremos un viaje en el tiempo y nos trasladaremos a Números.
Continúo durante los siguientes domingos compartirle algunos apuntes con respecto a la Historia de Israel y de La Iglesia. Y para ello empezaremos un viaje en el tiempo y nos trasladaremos a Levítico.
Me permito hacer un pare por esta semana al no escribir sobre Israel y La Iglesia, para hacer un sencillo pero inquietante análisis sobre el desvanecimiento de la fe de muchos que dicen ser cristianos y que han olvidado que la justificación viene a nosotros cuando seguimos la línea de conducta de nuestro padre Abraham,
El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales, conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor. Efesios 3:10-11
Me permito desde hoy y durante los siguientes domingos compartirle algunos apuntes con respecto a la Historia de Israel y de La Iglesia. Y para ello empezaremos un viaje en el tiempo y nos trasladaremos a Éxodo.
Me permito desde hoy y durante los siguientes domingos compartirle algunos apuntes con respecto a la Historia de Israel y de La Iglesia. Y para ello empezaremos un viaje en el tiempo y nos trasladaremos a Génesis.
Un siervo fiel y prudente se reconoce porque es un “siervo” -suena redundante y por eso señalo con comillas lo que parece lógico-, es decir, alguien que está bajo la autoridad del Señor. Leer Mateo 24:45 al 47.